El director de comunicaciones de la Casa Blanca, Mike Dubke, abandonó hoy el cargo que había ocupado durante casi tres meses e inauguró lo que podría ser una serie de cambios dentro del equipo del presidente Donald Trump debido al escándalo sobre Rusia.
EFE
Reconocido estratega republicano, Dubke presentó su renuncia el 18 de mayo, pero se ofreció a seguir dirigiendo las comunicaciones de la Casa Blanca hasta que Trump finalizara su primera gira en el extranjero, según recogen medios locales.
Trump volvió este fin de semana a Washington en un punto de especial ebullición en la investigación abierta por el Congreso y el Buró Federal de Investigación (FBI) para determinar si la inteligencia rusa influyó en el resultado de las elecciones presidenciales de 2016 y si existió coordinación con la campaña del actual mandatario.
Varios funcionarios de la Casa Blanca, que pidieron el anonimato, aseguraron que podría haber más cambios dentro del equipo más cercano al presidente antes del final de esta semana, según The New York Times.
En un correo electrónico enviado a sus compañeros y obtenido por el rotativo neoyorquino, Dubke aseguró que había dejado el puesto que asumió el 6 de marzo por razones “personales”.
“Las razones de mi partida son personales, pero ha sido un gran honor para mí servir al presidente Trump y a este Gobierno. También ha sido un placer para mí trabajar día a día y codo con codo con el personal de los departamentos de comunicaciones y prensa”, dijo Dubke en su breve correo electrónico.
“Esta Casa Blanca está llena de algunos de los mejores y más trabajadores hombres y mujeres del Gobierno de EE.UU.”, añadió.
La Casa Blanca aún no ha anunciado oficialmente la renuncia de Dubke y tampoco ha informado sobre cuál sería su último día en el puesto, aunque medios locales apuntan a que hoy mismo podría despedirse de sus compañeros y de los periodistas con los que ha estado trabajando en los últimos meses.
En una entrevista en la cadena Fox, la asesora presidencial Kellyanne Conway trató de restar importancia a las noticias sobre Dubke y aseguró que ha trabajado “muy duro” durante sus meses en la Casa Blanca.
“Sé que ha trabajado muy duro aquí, pero la gente en los Gobiernos también suele irse por su propia voluntad. La gente puede llegar a darse cuenta de que trabajar días largos, de hasta 18 horas y en diferentes ambientes, quizás no es lo mejor para ellos”, argumentó Conway, quien no confirmó la renuncia.
Dubke ha trabajado estrechamente con el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien es el rostro público del Gobierno y el que más críticas ha recibido en las últimas semanas por su abrupta forma de responder a las preguntas de los periodistas que cubren las noticias de la residencia presidencial.
Como director de comunicaciones, Dubke, de 47 años, se dedicó a trabajar entre bastidores para dar forma al mensaje de la Casa Blanca y responder a crisis como la generada por el despido del ya exdirector del FBI, James Comey, a cargo de la investigación sobre los lazos con Rusia de la campaña del mandatario.
El equipo de prensa de la Casa Blanca tuvo grandes dificultades para explicar el despido de Comey, a quien Trump destituyó el pasado 9 de mayo, y tuvo que dar diferentes versiones sobre los hechos, lo que provocó un torrente de críticas y numerosas burlas en populares programas de comedia.
Después de las contradicciones sobre el cese de Comey, Trump llegó a sugerir que acabaría con las ruedas de prensa que se celebran de manera diaria en la Casa Blanca.
Al respecto, la asesora Kellyanne Conway aseguró hoy que las ruedas de prensa diarias de la Casa Blanca “siempre” se celebrarán, aunque consideró que podrían realizarse sin cámaras de televisión.
El círculo más cercano del presidente se ha estado preparando en las últimas semanas para responder a las crecientes peticiones de información sobre los contactos que mantuvieron asesores de Trump y funcionarios rusos durante la campaña presidencial y el periodo de transición, antes de que Trump tomara posesión el 20 de enero.
Esos contactos incluyen ahora supuestamente al yerno de Trump y uno de sus asesores más cercanos, Jared Kushner, que en diciembre pasado se reunió con el embajador ruso en EEUU, Sergei Kislyak, para establecer un canal de comunicación secreto con el Gobierno ruso, según informó este viernes el diario The Washington Post.