A diferencia de lo que ocurría en años anteriores, ahora la noticia de que el Ejecutivo aprobó un aumento del salario mínimo genera más angustia que felicidad. Los consumidores reconocen que cada vez que suben los sueldos el alza se traslada al precio de los bienes y servicios, y aunque en las quincenas se recibe más dinero no se pueden adquirir más productos, publica El Nacional.
Por MARÍA FERNANDA SOJO [email protected]
“Antes me alegraba, ahora nada que ver. Te suben el sueldo y casi inmediatamente todo se pone más caro. El día después de que Nicolás Maduro aprobó 40% de aumento me subieron el alquiler de la habitación. Ni hablar del precio de la comida. Cobras y solo puedes comprar unas pocas cosas”, afirmó María Estela Blanco, empleada de una panadería en Los Ruices.
Los trabajadores que como Blanco devengan salario mínimo, pasaron de cobrar 97.531 bolívares a 136.544,18 bolívares al mes, un monto que efectivamente alcanza para comprar solo 5 de los 58 productos de la canasta alimentaria medida por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros.
Si se acude a supermercados, mercados municipales o buhoneros, ubicados en el centro y este de Caracas, los 136.544,18 bolívares se pueden gastar en arroz, pasta, azúcar, leche en polvo y un pollo.
En los establecimientos hace mucho que no se consiguen precios regulados, el kilo de pasta se vende en 15.000 bolívares en promedio; el kilo de arroz en 15.500 bolívares; el kilo de azúcar en 18.000 bolívares; y el kilo de leche oscila entre 50.000 y 58.000 bolívares. Además, en los frigoríficos venden un pollo de 2 kilos en más de 30.000 bolívares.
De acuerdo con un trabajo publicado por El Nacional en agosto del año pasado, cuando se anunció el alza del salario mínimo a 22.576,72 bolívares, con el monto se podían adquirir 6 de los 58 productos de la canasta, incluida la harina de maíz. En ese entonces el kilo de pasta y el de arroz se conseguían en 3.000 bolívares, el kilo de azúcar estaba en 3.500, el de leche en 5.000 y el pollo estaba en 5.000 bolívares.
Ni con bono. A pesar de que cuando se creó el bono de alimentación se hizo con la intención de que los trabajadores lo usaran para cubrir una comida balanceada durante la jornada laboral, ante la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo y la distorsión de la bonificación, los empleados han tenido que gastar el ingreso en los supermercados.
Pero aun cuando el bono de alimentación es superior al salario mínimo, tampoco alcanza para comprar todos los bienes que integran la canasta.
Si se acude a los establecimientos formales o informales con los 189.000 bolívares del bono, se pueden adquirir 7 productos más: huevos, carne, aceite, harina de maíz, caraotas, queso blanco duro y café.
En los comercios, el cartón de huevos oscila entre 32.000 y 36.000 bolívares, mientras que el kilo de harina de maíz se consigue en 15.000 bolívares y el de caraotas en 12.000 bolívares. Además, el litro de aceite de maíz está entre 20.000 y 40.000 bolívares, el kilo de carne de primera ronda los 33.000 bolívares; el de queso blanco duro supera los 35.000 bolívares; y el de café también se puede conseguir por encima de 35.000 bolívares.
“En mi casa estamos comiendo muy poca carne. Una o dos veces a la semana cuando mucho. Caminamos bastante para ver dónde podemos conseguir los precios un poco más bajos, pero es muy difícil”, dijo Nelly Andrade, el jueves, mientras recorría una frutería en la parroquia Candelaria.
Más inflación. Economistas han insistido en que no se puede proteger el salario únicamente decretando aumentos. La semana pasada la Academia Nacional de Ciencias Económicas reiteró que mientras no se lleven a cabo medidas que liberen las capacidades productivas de la economía y subsanen la asfixia del sector externo, el alza de salarios terminará realimentando la inflación.
Jean Paul Leidenz, economista de Ecoanalítica, agregó que en esta ocasión el presidente Nicolás Maduro ni siquiera aprobó un aumento suficiente como para compensar la inflación que se originó desde julio, cuando entró en vigencia el alza previa.
Precisó que en julio la inflación estuvo cercana a 28%, mientras que en agosto fue de 35%, lo que da un acumulado en esos dos meses de más de 70%. Sin embargo, el aumento del presidente fue de 40% sobre el salario mínimo o de 30% sobre el ingreso integral.
“Nunca se va a poder combatir la inflación aumentando los salarios, menos en un país donde el Estado es uno de los principales empleadores, de modo que cualquier aumento va a redundar en un alza de gasto público. Mientras no se corrijan las distorsiones fiscales, cambiarias y monetarias que tiene el país, no se va a poder frenar el proceso que genera el aumento de precios”.
La pérdida del poder de compra de los salarios es uno de los factores que sigue presionando a venezolanos a abandonar el país. Comparado con otros salarios de la región, la remuneración mínima legal en el país solo es superior a la de Cuba.
Insuficientes
Desde que Nicolás Maduro llegó a la Presidencia en abril de 2013 ha aumentado el salario mínimo en 18 ocasiones. Sin embargo, los incrementos siempre han estado por debajo de la inflación.
? En 2013, por ejemplo, se decretaron tres alzas que sumaron 45%. Pero en igual período, el índice nacional de precios al consumidor, que mide el Banco Central de Venezuela, se ubicó en 56,2%.
? En 2014 se aprobaron otros tres aumentos salariales más. Entre el de enero, mayo y diciembre sumaron 64,4%, y la inflación acumulada fue de 68,5%, según el BCV.
? En 2015, en lugar de tres aumentos se aprobaron cuatro. Uno en febrero, otro en mayo, uno más en julio y el último en noviembre. En total sumaron 97,3%, y ese año la inflación ascendió a 180,9%.
? En 2016 se aprobaron cuatro incrementos más que representan 107,8% y, aunque el BCV no publicó los datos oficiales, según información enviada al FMI ese año la inflación fue de 274,35%.
? En lo que va de 2017 se ha aumentado el salario en cuatro ocasiones. Lo que representa un alza de 404%. Sin embargo, en igual período la inflación acumulada es de 589,3%, según estimaciones de Ecoanalítica.