La Asamblea Nacional Constituyente fraudulenta de nacimiento e inconstitucional, fue creada con la finalidad de mantener el poder de facto y de golpe de estado a la Asamblea Nacional electa en 2015, no reconocida por el régimen.
Ahora bien, esta ANC dictatorial y extorsionadora dirige sus actos al chantaje y al delito jurídico, actuando por encima de la Constitución y las leyes vigentes, asumiendo competencias marginales y de fusilamiento al disidente, provocando el arrodillamiento de algunos llamados opositores – como los gobernadores recién electos y posibles alcaldes a ser elegidos –, que se convertirán en socios dominados que solo juegan a conservar espacios inútiles subordinados y cómplices del socialismo del siglo XXI.
El venezolano no tiene solución para decidir por un cambio de gobierno, porque las condiciones electorales están agotadas y dominadas por actores y rectores comprometidos con el régimen, que realizan actos abusivos estableciendo reglas a última hora para mantener la hegemonía como Cuba (Democracia Falsa). Estos buscan arremeter contra el verdadero opositor.
En dictadura y como está conformado el poder de dominio, para los demócratas no es un espacio de juego limpio ir a elecciones, sabiendo que si no te subordinas y te arrastras a la Asamblea Nacional Constituyente no lograrás ser parte del juego del delito.
Ahora bien, los problemas están ahogando al venezolano que no ve solución inmediata a corto plazo, donde los partidos políticos opositores, sociedad civil, ONG, gremios y dirigentes universitarios deben replantearse la lucha unida contra el régimen torturador que lleva 18 años quebrando al pueblo. El hambre, la salud y la inseguridad acribillan al venezolano; el llanto a gritos es permanente por no tener solución en lo social.
Nuestra exigencia debe estar enfocada hacia el cambio de gobierno como objetivo para dejar de sufrir y comenzar a recuperar el estado de derecho, democrático y justo. La calle, como lucha pacífica y constitucional debe iniciarse, sin tapujo y sin doblarse en el camino, y solo un diálogo de negociación sin frustración debe darse públicamente, porque nos debemos al pueblo, entendiendo que el único punto de encuentro debe ser el respeto a la Constitución y la definición de una nueva elección de rectores del CNE equilibrado, que lleve a cabo elecciones presidenciales con observadores internacionales. El país se cae a pedazos y el nacionalismo debe estar como primera opción para rescatar al país democráticamente y apegados a la Constitución.
Nuestra lucha es por una mejor Venezuela, donde los Derechos Humanos sean respetados y no tengamos que arrodillarnos a ningún gobierno de turno.
Daniel Calzadilla / Director General del Despacho de la Presidencia del Parlatino Grupo Venezuela
En Twitter: @danielcalz