Diez personas murieron en las últimas horas en Irán, en la peor ola de violencia registrada en el país desde el inicio de las protestas, hace cinco días, contra la carestía y el poder, pese al llamado a la calma del presidente Hasan Rohani, informaron los medios iraníes, reseñó EFE.
Al día siguiente de su llamado a la calma y de su promesa “de un mayor espacio para la crítica”, el presidente Rohani advirtió este lunes que “el pueblo iraní responderá a los alborotadores”, una “pequeña minoría” según él.
Criticando de nuevo al régimen iraní, enemigo jurado de Estados Unidos, el presidente Donald Trump afirmó que “es momento para el cambio” en Irán, después de haber dicho que “los regímenes opresores no pueden durar para siempre”.
Por cuarta noche consecutiva, los iraníes salieron a la calle el domingo en varias ciudades del país, entre ellas la capital, Teherán, para protestar contra el poder y las dificultades económicas, el desempleo, la carestía y la corrupción.
Según videos difundidos por los medios iraníes y las redes sociales, los manifestantes atacaron e incendiaron edificios públicos, centros religiosos y bancos o sedes del Bassidj (milicia islámica del régimen). Los manifestantes también quemaron vehículos policiales.
En total, 12 personas, diez de ellas manifestantes, fallecieron durante la violencia desatada durante las protestas, que comenzaron el jueves en Mashhad (noreste), la segunda ciudad del país, antes de extenderse al resto de Irán.
Las autoridades afirman que las fuerzas del orden no disparan contra los manifestantes y acusan a “los alborotadores” o a los “contrarrevolucionarios” armados de infiltrarse entre ellos.
El domingo por la noche, ocho manifestantes murieron en Toyserkan (oeste) e Izeh (suroeste), según los medios. En Dorud (oeste), en un incidente indirectamente vinculado con las protestas, dos pasajeros a bordo de un coche murieron cuando unos manifestantes se apoderaron de un camión de bomberos y lo lanzaron por una pendiente, chocando contra el vehículo. Otras dos personas murieron el sábado en esa misma ciudad.
– ‘Unidos’ –
Las manifestaciones siguieron el domingo por la noche pese a que las autoridades limitaron el acceso a las redes sociales y bloquearon Telegram e Instagram, utilizadas para convocar a manifestarse.
Se trata de las primeras manifestaciones de este alcance desde el movimiento de protesta en 2009 contra la reelección del expresidente ultraconservador Mahmud Ahmadinejad. En la represión de este movimiento murieron 36 personas, según un balance oficial, y 72 según la oposición.
En una nueva declaración, Rohani advirtió este lunes que “el pueblo iraní responderá a los alborotadores”, que son una “pequeña minoría que insulta los valores revolucionarios”.
“Nuestra economía necesita una gran operación de cirugía, debemos estar unidos”, declaró Rohani e insistió en la determinación del gobierno para “solucionar los problemas de la población”, en particular el desempleo.
Hasan Rohani, elegido para un segundo mandato en mayo pasado, facilitó a Irán salir de su aislamiento, con el levantamiento de las sanciones internacionales impuestas por sus actividades nucleares.
Este levantamiento de sanciones -con la firma en 2015 de un acuerdo histórico con las grandes potencias sobre el programa nuclear iraní- auguraba una mejoría de la mala situación económica pero los frutos del acuerdo se hacen esperar.
Frustración
Frente a las protestas antigubernamentales, este lunes se organizaron manifestaciones de apoyo al poder y contra los “alborotadores” en varias ciudades del país, como Rasht, Zanján, Ahvaz y Takestán.
Desde el inicio de los disturbios, unas 400 personas fueron detenidas, 200 en Teherán, según los medios. Pero un centenar de ella fueron después puestas en libertad.
“Lo que hace que los iraníes salgan a la calle son los problemas económicos cotidianos, la frustración ante la falta de empleo, la incertidumbre sobre el futuro de sus hijos”, explica a la AFP Esfandyar Batmanghelidj, fundador del Europe-Iran Business Forum.
Según este experto, los altercados de los últimos días surgieron por las medidas de austeridad adoptadas por el presidente Hasan Rohani, como las reducciones en los presupuestos sociales o el alza de los precios de los carburantes.
En una nueva reacción a las protestas en Irán, Donald Trump tuiteó: “El gran pueblo iraní ha sido reprimido durante muchos años. Tiene hambre de comida y de libertad (…) Es momento para el cambio”.
Un día antes, Rohani había afirmado que Trump siempre había estado “en contra de Irán” y que no tenía derecho a sentir piedad por los iraníes.