El 01 de noviembre de 2005, la ONU seleccionó el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración anual en memoria de las víctimas del Holocausto. La Organización escogió esa fecha porque un día similar del año 1945, el ejército soviético liberó el mayor campo de concentración nazi, en Auschwitz-Birkenau (Polonia).
Quién no va a compartir el noble propósito de la ONU de impedir que se borre de la memoria histórica el asesinato de millones de judíos a manos del nacionalsocialismo hitleriano. Pero, el asunto es que la fecha se la han tomado para sí gobernantes, políticos e intelectuales izquierdistas con el propósito de venderse como demócratas y enemigos de los regímenes totalitarios y dictatoriales. A tal fin, en su propaganda desinformativa -“Batalla por las Ideas”, la llamaba el dictador comunista Fidel Castro- sólo asocian el mal a la Esvástica y nunca a la Hoz y el Martillo.
Cometeríamos una imperdonable omisión con la memoria de otros millones de seres humanos de la extinta URSS, asesinados por el totalitarismo comunista estalinista, si no recordáramos también la fecha del 30 de octubre que es el Día de Homenaje a las Víctimas de las Represalias Políticas.
Ese día, desde 1996, se rinde homenaje en Rusia a millones de víctimas de la represión política, fusilados, exiliados y prisioneros del GULAG (siglas en ruso de la Dirección General de Campos de Concentración). En octubre pasado, el presidente ruso, Vladimir Putin, inauguró en Moscú el “Muro del Dolor”, un monumento a las víctimas de las represiones estalinistas. En su descarnado discurso dijo: “Absolutamente nada puede justificar las represiones criminales que en la URSS sufrieron pueblos enteros”.
Se estima en no menos de 476 los “Campos de Trabajo Forzados”, como los comunistas soviéticos llamaban a los Campos de Concentración, que estuvieron en funcionamiento desde sus inicios hasta casi el fin de la URSS; en unos 18 millones de personas las condenadas entre 1929 y 1953; y en cerca de 3 millones los muertos en ese período, aún aceptando las falseadas cifras gubernamentales. Lamentablemente, a diferencia de los campos nazis, existe un pobre material fotográfico de los campos soviéticos que hagan visible las imágenes de tantos crímenes.
Campo de concentración “Las Mamitas”
Para ilustrar un poco ese infernal y desconocido mundo a venezolanos y latinoamericanos, haremos una breve reseña sobre el Campo de Concentración soviético “Las Mamitas”. Éste fue el más grande entre tantos campos de concentración para mujeres, embarazadas y con bebés recién nacidos, a quienes “la Revolución” había acusado de “Crímenes contra el Estado” y “Enemigos del Socialismo”. A los niños que allí nacieron se los llamó “los Hijos del GULAG” y se desconoce hasta ahora cuántos bebés llegaron al mundo en esos campos y cuántos de ellos murieron de hambre y enfermedades.
El campo “Las Mamitas” fue abierto en 1934 en Elguen y existió hasta 1984. Hubo años en los que alcanzó a tener 5.000 mujeres embarazadas o con niños lactantes. No hace falta decir que los padres de los niños no sólo fueron prisioneros de otros campos, también hicieron de las suyas, guardas y oficiales comunistas.
Finalmente, no es posible esperar ninguna referencia a los Campos de Concentración soviéticos de parte de los nostálgicos de la URSS (Fidel nunca lo hizo). Para ellos el GULAG nunca existió. Si se les pregunta, afirmarían que sólo un lacayo del Imperialismo Norteamericano, pagado por la CIA, puede prestarse para difamar el socialismo ligándolo a un genocidio semejante al nazi.