Ha escrito Roberto Casanova un pertinente artículo titulado “Un presidente rebelde” https://www.lapatilla.com
Tras el fracaso de los últimos esfuerzos razonables por tener condiciones electorales mínimas, hecho en República Dominicana, muy probablemente la elección presidencial carecerá de condiciones competitivas y equilibradas. Será lo contrario del deber ser de un sistema electoral equilibrado: tendremos normas flexibles y un resultado muy predecible: la reelección del presidente más impopular que recuerde la historia. Sin embargo, del proceso de negociación en República Dominicana hay varios esfuerzos que son rescatables: primero, que en la decisión final haya privado el espíritu de cuerpo de la Unidad Democrática. Segundo, que existan un par de documentos que hacen explícito el “deber ser” de unas elecciones.
Esa propuesta que avalaron todos los cancilleres y que el gobierno no quiso firmar (https://twitter.com/unidadven
Una maqueta es un montaje funcional, a menor escala de un objeto que se propone. Solemos pensar en arquitectura, cuando hablamos de maquetas, pero una maqueta de la democracia necesaria es perfectamente posible. Unas primarias amplias que diseñen el modelo que se quiere para la democracia venezolana. Sería una maqueta que defina un nuevo sistema electoral, al tiempo que potencia a la figura política alternativa. Al “primus inter pares” de los muchos y muy valientes liderazgos opositores. En esa maqueta deberían participar como candidatos Henry Ramos Allup, Maria Corina Machado, Julio Borges, Claudio Fermín, Andrés Velásquez y Henri Falcón. Pero también tendrían que participar Henrique Capriles Radonski y Leopoldo López, los líderes “inhabilitados”, pero que son hábiles como pocos para liderar. Así también podrían medirse líderes exiliados como Antonio Ledezma y Ramón Muchacho. Yendo más allá, podrían además contarse Ramírez Torres y Luisa Ortega Diaz.
En ese sentido la propuesta de la maqueta es para escoger al liderazgo, más que para participar en unas elecciones amañadas. Si se decide o no participar en ellas es un aspecto secundario. Hay razones de sobra para no participar, pero también hay muy buenas razones para participar de forma simbólica, como mecanismo de agitación política y social. Pero lo realmente importante es que, el participar o no, sea decidido en Unidad. No será para ganar que se participe, si se decide hacerlo. Tras lo sucedido en República Dominicana resulta bastante claro que cuando la oposición a Maduro actúa en Unidad puede convertirse en un contundente hecho político. Maduro solo podrá vencer (y cada vez a mayor costo) mediante la represión. Pero jamás llegará a convencer. Ni dentro ni fuera. No puede. Y con una Unidad Democrática que actúe con el espíritu de cuerpo demostrado en República Dominicana las posibilidades de juego de la dictadura se irán minimizando progresivamente.
Hace falte escoger una figura que encarne nuestras demandas como sociedad, y que, una vez electa sea acompañada por la necesaria estructura política. Si bien es cierto que partidos políticos fuertes son necesarios en democracia, en dictadura lo son más aún. En una elección como la que veremos en Venezuela, con las preferencias políticas tan bien definidas, hace falta un buen mensaje y el correcto mensajero que conecte con las necesidades sentidas. Pero no es el marketing político lo más importante. Además de ello será vital la presencia de estructuras, la lógica y disciplina de partidos que actúe con fuerza en el control electoral. Ninguna candidatura en un régimen como el venezolano es viable si la figura no se respalda por una estructura política fuerte. Y si esa estructura de soporte dada por los partidos políticos venezolanos es legal o está ilegalizada es quizás lo de menos…
Maduro puede adelantar alecciones, puede darle un nuevo giro de tuerca al sistema electoral que ha pervertido para lograr una máquina de dominación social. Puede incluso ganar esas elecciones amañadas. Lo que nunca podrá tener es un ápice de legitimidad si la Unidad juega sus cartas como debe jugarlas. “El gran arma de la dictadura es nuestra desesperanza” afirma Casanova en su artículo de marras, y con ese colofón no podría estar más de acuerdo.
Carmen Beatriz Fernandez
@carmenbeat
Presidente
DataStrategia Consultores
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