El tema en referencia vuelve a estar en el tope del debate político y las sanciones en el ámbito petrolero contra el régimen de Nicolás Maduro parecen tomar cuerpo, esta vez muy relacionadas con su insistencia de realizar elecciones, contraviniendo lo establecido en la Constitución vigente, apoyándose en el ilegitimo TSJ y la inconstitucional ANC.
Por Horacio Medina @unape
También de nuevo ha surgido la pregunta sobre lo conveniente o no de prohibir la compra de crudo desde Venezuela y además, se pregunta sobre la eficiencia y el impacto de esta decisión.
Como lo hemos dicho en muchas oportunidades, a nuestro modo de ver las cosas, prohibir la compra de crudo para ser procesado en EEUU, además de causar un impacto mayor a Venezuela, también causa un impacto a empresas estadounidenses de producción y refinación:
– Chevron opera en Venezuela dos campos uno de crudo liviano- mediano y otro de crudo pesado, al cual prestaremos atención. Se trata de la empresa mixta Petroboscan, operada por Chevron, en el Campo Boscán con 40% de participación (salvo algún cambio o acuerdo interno, no revelado). En términos altos el campo es capaz de producir 110 mil barriles de crudo pesado 11 API, viscoso y de base asfáltica, representando un importante activo para Chevron. Este crudo, dejaría de ser importado a EEUU y, difícilmente Chevron podría sustituirlo, al menos, a corto plazo.
– Otras refinerías como Valero, por ejemplo, que operan en la Costa del Golfo y dado que tienen sus patrones de conversión profunda requieren crudo pesado colombiano, venezolano, mexicano y canadiense. Es decir, tampoco recibirían su cuota de crudo pesado venezolano y, tengamos en cuenta que, ninguno de los tres países que acompañan a Venezuela, en el suministro de crudo pesado, están en capacidad de suplir ese volumen, al menos no, a corto plazo.
– CITGO recibe unos 450 mil barriles diarios de Venezuela que debería buscar en el mercado con las dificultades que ello significa, mermando al igual que ocurriría con las demás su volumen de productos refinados y su eficiencia.
Vale decir, hay dolientes en los Estados Unidos.
Ahora bien, por tiempo hemos insistido que resulta mucho más efectivo, dejar de vender productos a Venezuela. Esto porque, sería una medida sin impacto dentro de los Estados Unidos, porque esos volúmenes pueden ser colocados por las empresas estadounidenses de manera inmediata.
Para Venezuela, ese no sería el caso. Reemplazar el suministro de Nafta, MTBE, gasolina y diésel, requerirá un esfuerzo considerable además de tiempo y dinero extra.
Es obvio que ante un corte de suministro por parte de EEUU a Venezuela, se produciría, muy probablemente, como reacción un corte en el suministro de crudo por parte de Venezuela a Estados Unidos.
Y aunque suene igual, no es lo mismo, ni políticamente hablando ni mediáticamente considerado.
En todo caso, no resulta un decisión fácil, menos aun si se trata de una medida aislada sin una estrategia definida.
Veremos. Les dejamos algunas cifras aproximadas para que ustedes se formen una idea del asunto.
Venezuela envía a Estados Unidos 630 MBD de crudo.
Venezuela recibe desde los Estados Unidos
– Crudo Liviano (incluye Curazao) alrededor de 40 MBD, para mezclas y dilución.
– Nafta Pesada alrededor de 30 MBD, se usa como diluente para producción de crudos pesados y extrapesados de la Faja.
– MTBE (oxigenado para aumentar octanaje de Gasolina Nacional) unos 8 MBD. (Cada barril de MTBE puede aumentar octanaje a 10 barriles de gasolina de bajo octanaje)
– Gasolina 20 MBD.
– Diésel 30 MBD.
– Lubricantes 2 MBD.