Desde hace mucho me he preguntado cómo la oligarquía de una isla chiquita y pavorosa como Cuba tomó el control del gobierno de un país petrolero, Venezuela, hasta convertirlo en miserable, con miles huyendo todas las semanas y con 87% de sus familias pobres. Con 13.000% de inflación, el país con las “reservas petroleras más grandes del mundo” atraviesa desde hace 5 años la crisis socioeconómica más grande e intensa que se haya registrado en los últimos 100 años en el continente.
Ante ello, Maduro y su grupete, fieles alumnos del castrismo, se han aferrado con angustia y violencia al poder. Bailando salsa, Maduro ha llenado las cárceles del país con presos políticos.
Pero tres de los pilares que sostienen la dictadura, indican que los tiempos de Maduro en el poder se acortan.
1- La esperanza de un futuro mejor, el gran “motor” de la “revolución” se fundió. Más del 85% de los venezolanos señalan que quieren un cambio de gobierno lo antes posible. Que su situación hoy es mala, que en el futuro será peor y que Maduro no tiene las herramientas para superar la crisis.
2- Las cifras recientes de la Opep, la Agencia Internacional de Energía y de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, indican todas que la producción petrolera de Venezuela se desploma, y peor aún, que la velocidad de caída se acelera. En la estatal Pdvsa los trabajadores renuncian por miles, la moral está en el piso. La dictadura militarizó las operaciones, e inició una purga gerencial por corrupción que alcanza a unos 100 altos cargos de esa empresa. El gobierno de Maduro se queda sin caja, ni siquiera para las inversiones mínimas en la propia industria petrolera.
3- A similitud de Pdvsa, en las Fuerzas Armadas también se desarrolla una purga interna. Maduro ordenó el arresto la semana pasada del ex ministro del Interior Miguel Rodríguez Torres, ex jefe de espionaje bajo Chávez. También la degradación de unas dos decenas de oficiales retirados. Sólo en 2018, han sido apresados y acusados por delitos políticos unos 34 militares, según Coalición de ONG DDHH y Defensa de la Democracia. Como en Pdvsa, las instalaciones militares están destartaladas, sus equipos se deterioran y el orden y la moral se resquebrajan.
¿Está la dictadura de Maduro en peligro eminente por las oligarquías rojas o por las Fuerzas Armadas? Afirmarlo sería irresponsable. Pero las purgas crean grupos de enemigos, y más si son en los pilares de soporte de la dictadura.
En fin, mataron la ilusión de un futuro mejor, a la gallina de los “huevos de oro” y las enemistades entre las oligarquías rojas crecen. Por cierto, en Cuba, la isla pavorosa, también hay cambios.
Cierro citando a Joaquín Villalobos quien fue guerrillero salvadoreño y es consultor para la resolución de conflictos internacionales, refiriéndose a Venezuela “Las dictaduras no se derrumban porque su poder de coerción se debilita, sino porque se rompe la cohesión en sus filas (…)”
@morandavid