La dulce historia de los Reyes Magos y su viaje a Belén a ver a Jesús recién nacido se cuenta desde hace siglos. Según la tradición, tres príncipes árabes siguieron una estrella que los guió hasta el lugar donde encontraron al niño acostado en un pesebre, acompañados de sus padres, María y José. Allí le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra.
Por infobae.com
Para conmemorar este histórico suceso, en la madrugada del 6 de enero se espera a los Reyes Magos en todos los hogares, con agua y pastito (o galletitas, como es usual ahora) que pasan, comen y dejan sus regalos, como hicieron con el niño Jesús.
Esta historia está narrada en el Evangelio de Mateo. Sin embargo, en estos escritos la historia no incluye muchos detalles y curiosidades que han perdurado a lo largo de los años.
Dwight Longenecker, líder parroquial, graduado de la Universidad de Oxford y de la Universidad Bob Jones, aseguró en un artículo en su portal: “Del evangelio de Mateo solo se desprende que se trata de magos, que llegaron de Oriente a Jerusalén y que habían visto una estrella que anunciaba el nacimiento del Rey de los judíos. La mayoría de los investigadores creen que los magos eran sacerdotes-astrólogos zoroastrianos de Persia”.
Los estudiosos han comparado la realidad histórica con muchas de las creencias que se tienen hoy acerca de estos personajes tan queridos por los niños y encontraron muchos mitos y curiosidades.
Qué dice el evangelio de Mateo
En estas escrituras se cuenta la historia de la visita de los Reyes Magos a Jesús recién nacido. En ella aparece otro personaje, el rey Herodes, que se alerta cuando le cuentan que nació “el Rey de los Judíos”. Temeroso de que alguien quisiera usurpar su trono, hizo llamar a los sabios llegados de Oriente y les dijo que, cuando encontraran al niño, le avisaran.
Sabido es que Herodes tenía otras intenciones, defender su trono, y cuando vio que los sabios no volvían, decidió matar a todos los niños varones menores de dos años (lo que dio lugar al Día de los Santos Inocentes).
El relato de Mateo dice: “Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.”
A continuación, los principales mitos y curiosidades de los Reyes Magos
1. Había tres Reyes Magos
Esta creencia surge de la suposición basada en los regalos que llevaron al Niño Jesús: oro, incienso y mirra. Sin embargo, no existen evidencias que confirmen cuántos eran realmente ni se conoce la cantidad exacta de esos obsequios. Hay tradiciones que apuntan a que podrían haber sido siete o doce reyes, como los armenios. El teólogo Orígenes les asignó esa cifra en el siglo IV, y en el V el papa León I estableció oficialmente ese número para toda la cristiandad.
2. Sus nombres no aparecen en el Evangelio
Estos se popularizaron en el siglo IX gracias al “Liber pontificalis”, una compilación de reseñas biográficas de los primeros papas. En dicha obra, se estableció que eran “Melchior, Bithisarca y Gathaspa”. Por otro lado, en un mosaico del siglo VI que se encuentra en la Iglesia de San Apolinar Nuovo, en Ravena (Italia) aparecen los tres Reyes y, sobre sus cabezas, los nombres que hoy todos conocemos: Melchor, Gaspar y Baltasar.
3. Viajaban en camellos
El mito de que los Reyes Magos montaban camellos se popularizó gracias a representaciones de arte y cine. Sin embargo, en el norte de Arabia, las personas adineradas de aquella época preferían viajar en caballos árabes, ya que eran más cómodos y veloces. Los camellos, aunque comunes, se utilizaban principalmente como animales de carga, no como medio de transporte para viajeros acomodados.
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